Tres sitios se llenaron de cambuches tras la intervención del 'Bronx'

13.06.2016 14:14

A vecinos de La Estanzuela, Chapinero y Paloquemao les preocupa la llegada de habitantes de calle.

Uno de los lugares más afectados con la llegada de consumidores es el parque María Eugenia, sector de La Estanzuela.
 

Si la intervención de las autoridades en el ‘Bronx’ acabó con la olla más temida de Bogotá, no es menos cierto que tal desalojo provocó la dispersión de habitantes de la calle hacia otros sectores del Distrito. En La Estanzuela (centro), Chapinero (calle 63) y la carrera 30 (sector de Paloquemao), los vecinos se muestran preocupados por la llegada masiva de estas personas.

EL TIEMPO ya les mostró a sus lectores cómo el barrio San Bernardo(localidad de Santa Fe) y el sector de 'Cinco Huecos' (localidad de Mártires, próximo a la plaza España) heredaron la peor parte: consumo indiscriminado de estupefacientes en la calle, caminantes en estado de conciencia alterado y peligro de atracos. Sin embargo, aunque en menor medida, los otros sitios que fueron elegidos como espacios de concentración por los indigentes y consumidores también alarman.

 
 

 

La Estanzuela, tradicional zona de talleres y negocios para la venta de autopartes, sufre desde hace tres semanas el arribo de un ‘tsunami’ de males sociales. En la calle 7.ª bis, entre carreras 18A y 18B, se ubica el tradicional parque María Eugenia, antes usado por los niños y las familias para entretenerse y jugar. Ahora, sobre todo en la malla que cerca este espacio público en la carrera 18B, se mantienen grupos de hombres y mujeres con costales, chiros y pipas listas para consumir drogas.

 

Al mediodía se cuentan 34 personas tendidas o sentadas allí. El humo, las miradas perdidas y un penetrante olor a orina y excremento obliga a que los transeúntes se tapen la nariz y aceleren el paso. Dos hombres y una mujer (que bien podría ser adolescente) le dan candela a una tapa de gaseosa forrada en papel aluminio: asciende el vaporcillo e inhalan de él. Repiten la acción varias veces, recargando el contenido cada vez que se hace necesario. En los alrededores, la gente trabajadora continúa en sus labores, a pesar de la situación. Tomar una foto para registrar lo que se ve es un riesgo.

“Antes, ahí pasaban la noche uno o dos indigentes. Pero ahora se mantiene lleno de esa gente, a toda hora”, expone, molesto, el propietario de un taller de filtros y exhostos, diagonal al parque. Hace 19 años trabaja allí. “Los clientes ya no se arriman. Deberían hacer algo con ellos (consumidores), que son personas pero no aportan nada”, complementa, al tiempo que dos sujetos pasan por la acera del frente fumándose un ‘pucho’.

La alerta entre los comerciantes cada vez es mayor y reclaman mayor control de las autoridades. Al pedirles sus nombres para referirlos en esta crónica, la mayoría prefiere reservárselos, pues temen agresiones.

La dueña de un almacén de tapetes y lujos para carros es abuela, hace 27 años labora en La Estanzuela y no se guarda la indignación por lo que ha tenido que ver en los últimos días: “Estábamos acostumbrados a ver indigentes y señores de esos que meten vicio, porque pasaban hacia el parque del Tercer Milenio o el ‘Bronx’, pero se nos vinieron para acá. Los clientes vienen, ven a esta gente ahí tirada y de una vez siguen, qué se van a quedar. Nos tienen perjudicados. Si esto sigue así, nos va a tocar irnos”, advierte ella, de 58 años. “Hay unos que son groseros”, complementa su esposo.

Al entablar conversación con uno de los habitantes de la calle, que tendrá unos 50 años, concede que “ahora anda mucho loco por acá y usted sabe que solo por fumarse una ‘bicha’ (dosis de basuco) son capaces de hacer un daño”.

La Secretaría de Integración Social reveló que hasta el pasado viernes se atendieron 3.010 personas en las diferentes modalidades de autocuidado y acogida, en los siete centros dispuestos para ese propósito. “Se aumentó la atención (la cifra del mes anterior era de 1.883 personas). Esto indica que los habitantes de la calle siguen acudiendo, tras su salida del ‘Bronx’”, destacó el mismo despacho.

Chapinero

El éxodo que empezó el 28 de mayo también llegó a Chapinero. Por las calles 60 y 53, en proximidades de la avenida Caracas, se ha visto el arribo de decenas de indigentes que se toman andenes y meandros para dormir. Pero el panorama de la calle 63 es más preocupante, señalan los vecinos. Un recorrido a las 7 a. m. muestra varios espacios adecuados como camas, en los que se ven hasta 12 personas durmiendo.

“Llego a las 6 de la mañana y es más lleno, se tomaron esto para dormir. Llevo nueve años en el sector y conozco a los locos de siempre, pero ahora llegaron muchos. Me toca moverlos para que despejen el paso”, relata un vendedor de dulces en la carrera 15, a la entrada de un edificio.

Una cuadra más al occidente, calle 63 con carrera 16, el estilista de un salón de belleza indica que han sido “demasiados” los nuevos moradores. “El lunes (de la semana pasada), dos ‘chirretes’ iban a robar a uno de mis compañeros. Se salvó por el guardia del supermercado”. A propósito, afuera del supermercado en cuestión es donde más se ubican los consumidores. Aunque en el negocio apuntan que la Policía llega cuando le piden que vaya a desalojarlos, solicitan más control nocturno para que no amanezcan allí.

“Consumen vicio y alcohol ahí tirados. ¿Qué va a hacer la Alcaldía? ¿Los van a recoger?”, expresa un vendedor de frutas. El Distrito señaló que en la ciudad hay 120 profesionales en permanente contacto con los habitantes de la calle, invitándolos a utilizar los servicios de recuperación integral. El punto difícil es que estas personas deben acudir de manera voluntaria a dichos servicios y no se los puede obligar a tomarlos (Lea también: Un total de 1.559 habitantes del 'Bronx' han recibido atención social).

Se ubican por la carrera 30

Frente al centro comercial Calima, carrera 30 entre calles 18 y 19, el sector conocido como La Carrilera ha visto la instalación de nuevos cambuches, tras el desalojo del ‘Bronx’. Al ser un terreno sin construcciones por el que pasaba el tren de La Sabana, estas ocupaciones se facilitan. Por eso, varios comerciantes y dueños de bodegas aledañas reclaman atención de la autoridad y piden que los desalojen.

FELIPE MOTOA FRANCO
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter @felipemotoa